Esta película del Oeste ambientada en el Este de los Estados Unidos, concretamente en el Nueva York de los años sesenta, cuenta las andanzas de un sheriff de Arizona que debe escoltar a un preso. En este caso, lo pierde en los cañones de hormigón de Manhattan. Mi Nombre Es Violencia se sirve de su estructura para lograr un contraste humorístico y al mismo tiempo para presentar toda una gama de marginados antisociales que surgen del choque entre el vaquero enigmático y peligroso encarnado por Eastwood y los proxenetas, los sinvergüenzas, los hippies y los policías con los que se topa en la gran ciudad. Así, pues, no es sorprendente que se trate de la película más divertida y más violenta de Siegel. Al igual que en Los Despiadados (Madigan), el director analiza aquí los efectos de la vida urbana sobre el individualismo. Sin embargo, Mi Nombre Es Violencia es menos tensa que la película anterior del director y se sirve de una amplia e imaginativa variedad de personajes y escenarios.