Roberto Casas no tiene más opción que volver a su pueblo natal y aceptar la propuesta que lo salvará de ir a la cárcel: entrenar al equipo de fútbol del pueblo. La gran sorpresa es que el equipo es de segunda, malo y compuesto por mujeres.

Roberto sabe que una de las jugadoras es su hija, pero necesita descubrir cuál. Mientras, una misteriosa imagen del Santo del pueblo aparece en un muro. ¿Será que Roberto ha traído un milagro?

Mientras Claudia quiere una prueba de ADN que demuestre que él es su padre, Roberto presiona a las chicas para ganar el primer partido.

Roberto se arriesga en un reto de fútbol clandestino para conseguir una nueva delantera. Mientras, fuera de la cancha, las jugadoras tratan de convencer a Adriana que deje a su novio.

Flor acompaña al equipo en su viaje para el partido contra las Diablas, una aventura en la que no faltarán declaraciones de amor, pruebas de embarazo y maldiciones.

Las Bravas se declaran en huelga al descubrir que Roberto las está entrenando por una apuesta. La visita a una bruja para quitarle la maldición que cree tener consigue darle a Roberto la solución a todos sus problemas... y a los de Sebas.