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El arbitro de fútbol Juarez Gomes enfrenta un juicio por la patria potestad de su hijo, y la decisión del juez dependerá de un partido.

Sin dinero para pagar su apartamento, Juarez regresa a la casa de su madre y en un revés de suerte recibe una invitación para arbitrar.

Juarez se sorprende cuando su hijo le pide unas zapatillas de regalo de cumpleaños y descubre que un colega cercano es gay.

Juarez y Carvalhosa viajan a Venezuela junto a una nueva juez de línea que les causará problemas en el campo de juego y fuera de él.

Reprobado por la Confederación de Fútbol, Juarez decide arbitrar un juego privado y toma medicinas para mejorar su condición física.