El Zorro

Diego Vega vuelve a casa desde España luego de recibir una carta de su padre que habla de las injusticias crueles que comete el comandante de Los Ángeles, el capitán Monasterio. Convencido de que ser la oposición significaría una muerte segura, Diego, junto a su sirviente mudo Bernardo, decide actuar el rol de un mujeriego inepto para ocultar sus intenciones, incluso del padre de Diego. El jinete enmascarado hace su primera aparición cuando meten preso al vecino de Vega, Don Torres. Pronto, Monasterio ofrece una recompensa enorme para capturar al misterioso forajido conocido como el Zorro.

Siendo un fugitivo ante los ojos del comandante, Diego y Bernardo toman recaudos y se refugian en un pasadizo secreto dentro de la casa de los Vega, uno que ni Don Alejandro conoce. Luego de un viaje hacia la hacienda de los Torres para avisarle a la hija de Don Torres que él está a salvo, Diego regresa a casa y encuentra a Monasterio con un astuto plan para descubrir la identidad secreta del Zorro.

Luego de que un informante revele que Torres se esconde en la misión, Monasterio envía a sus lanceros a rodearla y exigirle que se rinda. Pero cuando el padre se niega, Monasterio captura a un grupo de nativos y los esclaviza, con las esperanzas de que eso haga que Torres tome consciencia. Cuando Diego se entera de las intenciones de Monasterio, arma un plan que requerirá de la ayuda de Don Diego y su álter ego enmascarado.

Luego de forzar a uno de sus prisioneros a que siga su plan, Monasterio inventa la historia de un ataque inminente a la misión de parte de los nativos que esclavizó, para así tener una razón para ingresar con sus tropas. Una vez adentro, Torres solo podrá esconderse en el santuario de la iglesia, sin comida ni agua. Satisfecho con esperar a que muera de hambre, Monasterio regresa a Los Ángeles. Pero cuando Diego aterra a los lanceros con una historia fantasmal sobre un monje loco que ronda las tierras, eso podría darle al Zorro la oportunidad de liberar a Torres.

Al regresar al rancho de los Torres para informarle a la familia que Torres está a salvo, Diego se da cuenta de que Monasterio ha llegado antes que él y que dio vuelta la casa para buscar al fugitivo. Cuando se entera de que Torres se esconde en el rancho, hace lo posible por desviar a los hombres de Monasterio, mientras protege a la hija de Torres, Elena, de los avances de Monasterio.

Desesperado porque aparezca el Zorro, Monasterio mete presas a Elena y a la señora Torres, esperando que el justiciero enmascarado vaya a salvarlas. También les exige una declaración que acuse a Don Torres de traición. Ignorando los consejos de Diego, Benito quiere montar su propia operación de rescate.