
T1, E4: Iñaki se aburre mucho en el hospital porque no sabe qué hacer con tanto tiempo en sus manos. No ayuda que Antxón le dijera que hay un puesto vacante en Arzak, el restaurante de primera clase. Sin mencionar la insistencia de Rober en que debería regresar al norte, ya que Maritxu está en buenas manos. Iñaki lo está considerando, ya que lo único que hace en Sevilla es perder el tiempo. Rober quiere reconciliarse con Carmen, pero ella está cansada de sus aventuras y su falta de compromiso. Y también sabe que está intentando manipular a Iñaki para que vuelva al País Vasco, para que tenga menos competencia, una táctica sucia. Isabel está preparando una ración de caracoles, pero Trini le dice abiertamente que no es comestible y le da un ultimátum: si no mejoran la calidad de su comida, perderán su licencia. Por suerte, las habilidades culinarias de Iñaki no pasan desapercibidas y son justo lo que necesita la cafetería en este momento. don Benjumea sigue fingiendo síntomas para quedarse en el hospital, donde vive confortablemente y alejado de sus hijos, que son peores que las sanguijuelas. Hasta que llega su adorada nieta Azucena, y Jozé se encapricha por completo.