David Thornton

Max, que ahora trabaja para una empresa oscura relacionada con la muerte de Conlin, se entera de que su principal objetivo es crear usuarios en línea falsos para una máquina propagandista que opera Brett O’Keefe. Carrie está a punto de derribar a Dar con su declaración sobre el incidente en Berlín. Quinn, fuertemente armado, vuelve a visitar un refugio de la CIA y encuentra algo perturbador.

Debido a una traición, Saul tiene una última oportunidad de convencer a Keane de que Javadi y Dar están falsificando información. Con la esperanza de recuperar la custodia de Franny, Carrie se reúne con un psiquiatra, por orden de la corte. Max pone al día a Carrie respecto a sus hallazgos de la empresa que visitó Conlin el día en que lo mataron, y solicita un trabajo para obtener más información.

Habiendo rastreado al hombre que observaba la casa de Carrie, que mató a Astrid y puso la bomba en la camioneta de Sekou, Quinn está preparado para atraparlo, pero Carrie quiere contactar al procurador general. Keane da una conferencia de prensa para contraatacar a los que dijeron que su hijo era un cobarde que huía de sus unidades bajo fuego.

Cuando un adolescente muere quemado, los detectives Elliot Stabler (Christopher Meloni) y John Munch (Richard Belzer) se ponen a investigar y descubren una comunidad sumida en el caos con un grupo de chicas adolescentes que han pactado su embarazo y un "santo", Max Matarazzo (estrella invitada Jesse McCartney).

La fiscal Alexandra Cabot (Stephanie March) regresa al equipo de la UVE cuando asesinan a un pediatra condenado por abusar sexualmente de sus pacientes.