Antes de las primarias, los candidatos y sus familiares asisten a la iglesia de su preferencia. Pronto, Carcetti responderá al desprestigio.
Las torres son demolidas, pero para Stringer Bell el futuro del negocio no tiene que ver con el territorio, sino con el producto.
Marlo no ha resultado ser tan astuto, aunque cree que solucionó un problema que Stringer nunca resolvió.
Pearlman y Freamon siguen discutiendo sobre las citaciones. Las elecciones se acercan y durante un debate, Carcetti deja caer su artillería.
El sargento Carver, recién promovido, recibe la bienvenida de algunos oficiales descontentos. Mientras el alcalde Carcetti sigue en campaña.