Los últimos 10 médicos aspirantes compiten ferozmente cuando House los divide en dos equipos. Entre tanto, Foreman es líder de su propio equipo en otro hospital y recurre a un tratamiento muy “al estilo House” para ayudar a una paciente.
House cede a entrevistar a los aspirantes para el nuevo equipo médico, pero lo hace a su irritante manera. Mientras tanto, una candidata al programa de entrenamiento de la NASA le suplica a House que la diagnostique en secreto.
La CIA recluta a House para que trate a un agente con una enfermedad tan misteriosa como su misión. Foreman se enfrenta a los seis aspirantes cuando cuestionan su diagnóstico de una piloto de carreras que perdió el conocimiento.
El equipo debe tratar a un misterioso paciente que parece ser hipocondríaco. Cameron y Chase apuestan sobre quién será el siguiente aspirante que House despedirá. Foreman entabla una lucha de poder con House y Cuddy.
Cuando Irene, la joven maquilladora de una funeraria, tiene una convulsión grave, alucina que los cadáveres del lugar han cobrado vida. House y los siete médicos aspirantes restantes deben averiguar la causa.