Tom Graziani

Tras un atentado contra la vida de Jamal, Barry y su familia son devueltos al palacio, en donde a Barry le piden ser quien esté al mando mientras Jamal se recupera de sus heridas. Barry finalmente le confía a Molly que el último deseo de su padre era que se quedara a ayudar a su hermano a dirigir el país. Cuando la nueva esposa de su sobrino es secuestrada por un exuberante grupo de jóvenes que quieren hacerse un nombre entre los protestantes, Barry finalmente se da cuenta de que debe tomar cartas en el asunto. Su éxito dura poco cuando su tío, el general Tariq Al-Fayeed, no honra los términos de negociación y deja un camino de sangre como ejemplo para los protestantes. Entonces, cuando Jamal le confía a Barry que no está listo para ocupar el lugar de su padre, Barry se da cuenta de que ya no puede negar su legado.

Leila quiere que Jamal sea fuerte y le permita a Tariq hacer lo que sea necesario para aplastar el levantamiento, pero Jamal no sabe si debe actuar con mano de hierro, como lo había planeado, o esperar y ver si el plan de Barry funciona. Le da a su hermano veinticuatro horas; si nada se resuelve, Jamal planea tomar fuertes represalias. Barry acepta la ayuda de Fauzi, con la esperanza de que su plan sea lo que se necesita para calmar a Ihab y traer la paz. Pero Ihab, lleno de odio y sed de venganza, no tiene deseos de negociar y lo único que quiere es la renuncia de Jamal. Con el fin de conseguir la ayuda de John Tucker para organizar una reunión con el padre de Ihab, el jeque Rashid, Barry se pone a sí mismo en peligro. Mientras tanto, Nusrat revela que quiere divorciarse de Ahmed y Sofía quiere que Nusrat le revele a Hakim lo que Jamal le hizo justo antes de la boda. Con la intención de seguir teniendo el control, Tariq convence a Jamal de permitirle tener sus tropas listas, en caso de que el plan de Barry no funcione y deban aniquilar rápidamente a los rebeldes.