Tocao del Ala

Fernando, acompañado por su esposa, llega a casa, un chalé con jardín. Allí, su madre le ha preparado canelones y paella, sus dos platos preferidos. Pero, sorpresa, Fernando se ha vuelto vegetariano. Eso provoca el primer desconcierto entre sus allegados, pero no el último. Los comensales irán descubriendo al nuevo Fernando, incluso su mujer, que estuvo a punto de separarse de él antes del ataque y que en estos meses ha mantenido relaciones con su cuñado, Javier

Fernando ha ido a la playa con Teresa y su hija Ana. Teresa recuerda escenas de la crisis matrimonial en la que vivían cuando Fernando sufrió la crisis, de hecho estaban planteando separarse. Ahora todo es distinto, Fernando parece haberse olvidado de todo y está muy enamorado de Teresa.

Fernando decide reincorporarse al trabajo en el negocio de alquiler de coches que lleva a medias con su hermano. Todos parecen escandalizarse por su decisión, sobre todo cuando comprueban su manera tan poco ortodoxa de tratar a los clientes.

Teresa y Fernando se despiertan desnudos en la playa. Por lo visto acabaron algo bebidos la noche anterior y les han robado la ropa y el coche. Menos mal que Fernando no tiene complejos y se las arregla para conseguir algo con que cubrirse las vergüenzas.

La familia Contreras descubre con estupor que Fernando acaba de adquirir un montan de bicicletas y motos ruinosas para empeorar aún más la situación financiera del negocio. Fernando, muy entusiasmado, se propone arreglarlas para luego alquilarlas.

Es el cumpleaños de Teresa y Fernando le regala una planta. También le propone pasar un fin de semana fuera los dos solos y acampar en la montaña, como cuando eran jóvenes. Teresa parece dispuesta, pero una llamada de sus padres lo echará todo por tierra.