Derwin Jordan

Booth y Brennan investigan cuando adolescentes encuentran un cuerpo severamente descompuesto en los terrenos del hospital de veteranos. El hombre es identificado como Franklin Curtis, fundador de una cadena de supermercados orgánicos. El equipo queda desconcertado cuando la alta temperatura del cuerpo revela que fue cocinado o incinerado. Mientras intentan determinar una causa inicial de muerte en el laboratorio, Brennan y Booth interrogan a posibles sospechosos alrededor de la granja de Curtis. Sospechan de juego sucio de un granjero rival, a quien Curtis trataba de comprar tierra para convertirla en orgánica. En su investigación, Booth y Brennan también descubren que Curtis era un conocido mujeriego. Cuando la carne de otro cuerpo se identifica con la de Curtis, el equipo debe investigar un posible doble homicidio. Mientras tanto, Booth y Brennan son asignados a un nuevo -y muy joven- psiquiatra, el Dr. Lance Sweets. Les advierte que el FBI puede separarlos, a menos que se sometan a más asesoramiento psiquiátrico, y cooperan a regañadientes.

El agente Stahl del ATF presiona a las mujeres del SAMCRO, y Jax piensa que el jefe Unser es la salvación del club; Tara aún no se ha recuperado del asunto Kohn; y Cherry le cuenta a Gemma cierta información interesante sobre su pasado.

Cuando un miembro de Sons of Anarchy desaparece y otro es detenido y acusado de asesinato, Jax tiene que elegir entre la amistad o el club; y Abel se fortalece y pronto le darán el alta del la UCI, pero no va a ser el único que vuelva a casa.

El club necesita dinero para financiar la defensa de Bobby, pero la solución de Clay deja a Sons of Anarchy en una situación muy vulnerable; y lo que debería ser una feliz bienvenida para Abel se acaba convirtiendo en más problemas para el club.

Hacerle un pequeño favor al viejo colega de Piney se acaba convirtiendo en un lío gordo para los Sons of Anarchy; y con Clay detenido, es Jax quien tiene que tomar las riendas de la situación.