Phil y Claire llevan a Haley a cenar para hablar sobre su futuro, pero Haley se las ingenia para darles vuelta las cosas. Por otra parte, Shorty, el amigo de Jay, y su esposa, Darlene, los visitan nuevamente y traen noticias que no le agradan a Jay. Además, Mitch y Cam deciden tener una agradable cena romántica, en la que no hablan de la boda ni de Lily, lo que lleva a que abunden los silencios incómodos.
Meredith, Cristina y Bailey llegan al rescate de Lexie y Sadie cuando una cirugía sale terriblemente mal, mientras que Owen y Derek tratan a un hombre seriamiente herido por sonambulismo.
Con la ayuda de Siobhan, un importante anuncio ayuda a restaurar la imagen pública de Anna. Sin embargo, a puertas cerradas, algo poderoso parece estar tomando el control.
A la joven abogada Quinn Perkins le ofrecen un empleo en la empresa de control de crisis Olivia Pope y Asociados. Quinn está asombrada. Olivia Pope es la exdirectora de comunicaciones del presidente. Ella y su equipo de "gladiadores trajeados" harán lo que sea necesario para hacer que los problemas de sus clientes desaparezcan, y la novata Quinn recibe su bienvenida al grupo con una prueba de fuego en el primer día. El exjefe de Olivia, el presidente Fitzgerald Grant y su jefe de personal, Cyrus Beene, nunca están lejos de ella… y cuando una pasante de la Casa Blanca acusa al presidente de tener un amorío, Olivia es la única en quien confían para que el problema desaparezca. Pero la noticia afecta mucho a Olivia, y pronto Quinn se da cuenta de que los clientes de Olivia no son los únicos que guardan secretos.
Tras la caída de un avión comercial que le quitó la vida a todos los que iban a bordo, Olivia Pope y sus "gladiadores trajeados" deben defender al piloto de las acusaciones de los medios de comunicación y de las aerolíneas. Cuando Amanda Tanner desaparece, Huck recurre a su oscuro pasado para descubrir su paradero. Fitz busca la ayuda del vicepresidente para aprobar una legislación clave a pesar de su fría relación.