El hospital experimenta una crisis sin precedentes. Se ponen a prueba las habilidades quirúrgicas de Meredith y Cristina.
Todos reexaminan sus vidas personales después de ver un encuentro al azar de dos amantes de antaño en la sala de emergencias. Karev trata a una adolescente problemática. Meredith comparte sus sospechas con Cristina.
Bailey prepara al equipo con un entrenamiento obligatorio de sensibilidad antes de admitir a un paciente de 300 kilos, y el caso termina siendo desafiante en todos los sentidos.
Cuando un paciente quemado muere inesperadamente en la sala de emergencias, todos los residentes del Mercy West y del Seattle Grace deberán defender sus acciones para poder salvar su puesto de trabajo.
Los padres del paciente de diez años de Arizona ofrecen una donación generosa para el hospital, pero Arizona tiene un conflicto de intereses cuando las condiciones del paciente empeoran. Cristina prueba sus límites con Owen.