Gary y Claude intentan convencer a un jugador de beisbol profesional para que deje de agradecerle a Dios por cada toque sencillo y que, en cambio, le agradezca al Diablo.

Gary debe evitar que se venda el condominio sexual del Diablo. Además, la amante del Diablo es el primer amor de Gary.

Un plan para poner el rostro de Satanás en las monedas de cinco centavos deja a Gary varado en las montañas Apalaches.

Gary pierde su palabra de invocación en un concierto. Quien la encuentre, tendrá total control sobre Gary.

Gary "vuelve a la escuela" para ayudar a una clase de teatro de secundaria a montar un musical que glorifica a Satanás.

El Diablo pone a competir a sus demonios por un trago de agua helada.