Castle y Beckett comienzan una investigación por asesinato que también expone un plan para secuestrar a la hija de un adinerado empresario de Oriente Medio. El agente del FBI, Harris, un profesional apacible, es traído para ayudar a encontrar a los secuestradores.
En la poderosa conclusión de un arco argumental de dos episodios, cuando el FBI no logra recuperar a su hija, Castle toma el asunto en sus propias manos, recurriendo a un sombrío arreglador para ayudarle a recuperar a Alexis. Pero Castle pronto se entera de que el secuestro de su hija puede ser parte de una agenda aún más siniestra.
Una recaudación de fondos y una subasta de vino proporcionan el escenario perfecto para el próximo plan de ataque de Emily y Aiden, mientras que Victoria planea su próximo movimiento de forma estratégica. Mientras tanto, Jack, Declan y Amanda luchan contra lo que se avecina.
Con Emily a su lado, Daniel se enfrenta a su más feroz rival, Jason Prosser, para conseguir un importante acuerdo que Victoria está decidida a bloquear. Aiden da un giro muy oscuro, y el futuro de Jack y Amanda cae en las improbables manos de Conrad Grayson.
Tras recibir información de que los puertos han sido violados, Pride y el equipo del NCIS siguen todos los ángulos.