T1, E5: A pesar de toda la gloria, hay momentos que Derek Jeter preferiría olvidar. Por eso resulta tan fascinante escuchar a Jeter reflexionar abierta y ampliamente sobre uno de los momentos más bajos de su etapa con los Yankees, la ALCS de 2004, cuando los Red Sox protagonizaron una remontada sin precedentes tras un 3-0 en contra para derrotar a Nueva York en su camino al título de la Serie Mundial. No hubo una única razón para el colapso, pero en retrospectiva, hubo algunos cambios en los Yankees: un cambio en la cultura a causa de la salida de los miembros de la dinastía de la Serie Mundial, quienes fueron reemplazados por otros que manejaron el juego en Nueva York de manera diferente. Esto puso de manifiesto el escrutinio al que se sometió Jeter como cara del equipo para después tener que enfrentar la atención insaciable de los medios de comunicación neoyorquinos. De hecho, para muchos, Derek Jeter, el jugador de béisbol, era completamente inescrutable y mantenía una distancia con los medios de comunicación, pero usaba ocasionalmente a los periodistas para transmitir sutilmente mensajes a sus compañeros de equipo. También estaba la cuestión de Jeter como celebridad, los extraordinarios rumores que a veces corrían sobre su vida personal y la forma en que los manejaba. Y lo que es mucho más grave, la raza era una cuestión que subyacía innegablemente a todas las preguntas sobre la identidad birracial de Jeter y, años después de su retiro, persisten los interrogantes sobre lo que preguntaron y lo que supusieron los observadores de cerca y de lejos. La cuestión sigue suscitando un acalorado debate hasta el día de hoy, sobre todo con la mayor concienciación sobre el tema que ha evolucionado desde entonces para muchos en la sociedad estadounidense. Mientras tanto, en el campo, 2007 sería la séptima temporada consecutiva en la que los Yankees llegaban a la postemporada pero no ganaban la Serie Mundial, y la cuarta consecutiva en la que no llegaban al Clásico de Otoño. La decepción provocó la salida de una figura que había estado con Jeter desde el principio en el Bronx, Joe Torre, y coincidió con un período en el que el campocorto, que ahora entraba en la mitad de sus 30 años, empezó a recibir más críticas sobre sus habilidades en la defensa. Pero a esas alturas, cualquiera que dudara de Derek Jeter debería hacerlo con bastante cautela.
