
T1, E3: Star Wars inspira a una generación de jóvenes cineastas, incluyendo a varios futuros colaboradores de ILM. “Fue como descubrir otro piso en tu casa”, dice J. J. Abrams. Un joven James Cameron decide renunciar a su empleo y hacer una película. A raíz del estreno del filme, ILM “deja de existir” y el equipo se desintegra. George le presta el déposito y el equipo a John Dykstra, quien forma su propia compañía y trabaja en un nuevo programa de TV espacial, Battlestar Galactica. “Quería conservar el lugar y a esas personas”, nos dice. Pero cuando George llega con una oferta para mudarse al norte de California y hacer la secuela de Star Wars, muchos se enfrentan a la difícil decisión de dejar a Dykstra, quien no es invitado. “Fue como romper una familia”, recuerda Joe Johnston. El trabajo inicia en las nuevas instalaciones de Kerner, en el condado de Marin y el equipo de ILM que regresó ve su “reputación en juego” al tratar de superar el filme más exitoso. Richard Edlund diseña y construye una nueva impresora óptica, determinado a “conquistar las líneas de pintura”, y un folleto de US Steel inspira a Joe Johnston a diseñar tanques de cuatro patas. Frustrado por el proceso de edición, George se dispone a fundar una división computacional con la intención de llevar a la industria a la era digital. Recluta al informático Ed Catmull, quien sueña con usar computadoras para animar un filme. George le da cuatro tareas: edición digital, audio digital, gráficos por computadora y composición digital. Mientras tanto, la nueva película hace uso de animación stop motion y gran parte del trabajo recae en Phil Tippet. “Fue como aprender a andar en bicicleta”, dice Tippet de los meses de práctica que tardó en animar a los caminantes y los tauntauns. En un cautivante momento personal, Tippet comparte cómo fue que el proceso lo ayudó con su salud mental. El singular estilo de liderazgo de George se aclara y Johnston describe trabajar con él como ir a “una escuela de cine de fantasía que solo existe en su mente”. Cuando George reta a Dennis Muren a “solo pensarlo”, el momento se convierte en una revelación para Muren, quien concluye que cualquier problema puede resolverse con el tiempo necesario para buscar una solución. Harrison Ellenshaw dirige el departamento de pinturas de fondo con una carga diez veces mayor que la de Star Wars y recuerda la alegría de conocer “al gran” Ralph McQuarrie. Richard Edlund revela secretos, incluyendo la astuta forma en que logró la toma del Halcón Milenario saltando hacia el hiperespacio. Para el bromista, Ken Ralston, la visita de Walter Cronkite presenta una oportunidad de tontear. Con el estreno de El Imperio Contraataca, George alienta que ILM acepte trabajo externo por primera vez. “De pronto, todos querían trabajar con ILM”, recuerda Ken Ralston, mientras se abre la puerta para nuevos y emocionantes retos.