T1, E3: Bernie comenzó a ir más allá de su rol como jefe de equipo cuando, antes que nadie, divisó el futuro de la Fórmula 1 en la televisión en vivo y el dinero ilimitado que podría atraer. Sin embargo, su ascendencia se vio desafiada por Jean-Marie Balestre, un despiadado operador político que representaba a la institución francesa y que deseaba el control total. Balestre, tras convertirse en presidente de la CSI, intentó poner de rodillas a Bernie.
