En esta secuela del éxito de 1997 Anaconda, Morris Chestnut interpreta a un representante de una compañía farmacéutica que encabeza a un grupo de científicos en una expedición a Borneo, en busca de una flor que, se dice, contiene un suero de la juventud. Contratan una embarcación cuestionable y a un capitán estadounidense expatriado aún más cuestionable (Johnny Messner), y se dirigen río arriba. Tras enfrentarse a cocodrilos, arañas, sanguijuelas y una cascada, los aventureros se topan con una maraña de enormes anacondas que se han dado un festín de orquídeas sangrientas, lo cual comprueba las propiedades de estas inusuales plantas: las serpientes son más grandes, más rápidas y más listas que las anacondas ordinarias. Sin embargo, el científico principal, un doctor británico detestable (Matthew Marsden), se apropia de la balsa e insiste en que el equipo siga adelante. Es solo cuestión de tiempo para que su codicia los lleve a más encuentros mortales.