En los bosques de las afueras de Grand Rapids, Michigan, el campamento ALEC es un lugar de alojamiento para niños que no hablan. A pesar de ser personas inteligentes y capaces, discapacidades como el autismo, la parálisis cerebral y la apraxia verbal les impiden vocalizar sus pensamientos. Para expresarse, los niños utilizan dispositivos de comunicación aumentativa y alternativa que traducen sus mensajes compuestos al habla audible.