Aún era pequeño y Vincent Peltier ya soñaba con trabajar en la función pública, un lugar donde, según sus inocentes palabras - tienes mucho tiempo libre y parece que estás de vacaciones aunque estés trabajando -. Creció, realizó su sueño y ahora ocupa un puesto en el departamento forestal de Limoges. Allí lleva una vida tranquila hasta que el Gobierno recorta el número de funcionarios. Luego se le propone una rescisión, que él rechaza rotundamente. Y así, para ejercer presión, Vincent es enviado a una base científica en el Polo Norte con una extraña tarea: proteger a los investigadores de los ataques de los osos polares. Allí, contra todo pronóstico, encontrará buenos motivos para quedarse.