Tanto Jigsaw como Amanda, su aprendiz, están muertos. Luego de enterarse del asesinato del detective Kerry, dos veteranos del FBI, los agentes Strahm y Perez, ayudan al detective Hoffman a poner en orden los restos del último juego de Jigsaw. Sin embargo, el comandante Rigg del equipo SWAT también se encuentra en un juego mortal, y sólo tiene una hora y media para superar una serie de trampas retorcidas y horripilantes para salvarse a sí mismo y a un viejo amigo de una muerte macabra.