La reina María Tudor no tiene heredero y su corte católica tiene miedo de que su media hermana, Elizabeth, ascienda al trono. Debido a esto, convencen a la reina que Elizabeth sea encarcelada en la torre de Londres pero en último momento, la reina tiene dudas y decide no firmar la sentencia de muerte. Tiempo después, se anuncia que la reina está embarazada pero después se descubre el engaño y muere al poco tiempo con lo que Elizabeth sube al trono pese al rechazo de la corte católica. Los primeros años del reinado de Elizabeth son difíciles debido a que desconoce el arte de la política real y pronto cae en un juego de intrigas y traiciones porque Elizabeth no quiere tener herederos y rechaza a todos los pretendientes para ahora el horror de la corte protestante porque esto significaría que al morir Elizabeth, el trono regresaría a manos de los católicos. Y con la ayuda de Sir Francis Walsingham, sale bien librada de todos los problemas al asesinar a todos los enemigos del camino y toma el trono bajo su poder y control absoluto como la Reina Virgen.