El abogado Gabriel Utterson vuelve a trabajar hasta tarde, para consternación de su esposa Sarah, cuando lo interrumpe un visitante. Su viejo amigo el Dr. Henry Jekyll. Henry quiere que su testamento sea visto y puesto en vigor de inmediato, un testamento que deje todo en manos de un tal Mr. Hyde. Cuando llega la policía a la mañana siguiente, se sorprende al descubrir que se busca a Jekyll por un asesinato particularmente brutal, uno que también encaja en el patrón de varios otros. Después de que su amigo se suicida en lugar de ser arrestado, Gabriel inicia su propia investigación, comenzando con una carta dirigida a él.