Los siete hijos del viudo Sr. Brown bien pueden ser los niños más desobedientes del mundo. Su atribulado padre no puede cuidarlos como quiere porque trabaja largas horas en la funeraria. Adelaide, la dominante tía del Sr. Brown que lo ayuda económicamente, lo ha amenazado con quitarle su mensualidad a menos que vuelva a casarse en menos de un mes. El señor Brown decidió no comunicárselo a los niños pero ellos lo descubren y asumen que a su padre le importa tan poco ellos que ni siquiera les dice que van a tener una madrastra. Por lo que su comportamiento empeora. Lo que la familia Brown necesita es un milagro. Y lo que obtienen es a la nana McPhee cuyo credo es: Mientras me necesiten, aunque no me quieran, tendré que quedarme... Sin embargo, cuando ya no me necesiten, aunque me quieran, tendré que irme.