Enero de 1922. Con las poderosas fuerzas del nuevo siglo presionándolos, el explorador y científico danés Knud Rasmussen visita el campamento aislado de Aua, el gran chamán Iglulik. Para Rasmussen y su protegido, el joven Therkel Mathiassen, llegar al campamento de la familia de Aua es como caer en el paraíso, un jardín del Edén ártico con una intoxicante mezcla de vitalidad física y espiritual, alegre inteligencia y generosidad exuberante. De lo que los daneses no se dan cuenta es de que la fortaleza temporal de hermosura y tranquilidad está rodeada de la locomotora del siglo XXI, la introducción de biblias cristianas en idioma inuit, la mayor dependencia en las mercancías del comercio extranjero y la primera investigación policíaca por el asesinato de un hombre blanco, y que los nómadas inuit no se pueden quedar en un solo lugar incluso si no hay otro lugar seguro a donde ir.