En 2022, Catar fue sede del mayor evento deportivo del mundo: la Copa Mundial de la FIFA. Pero detrás del espectáculo —las luces brillantes, las estrellas del fútbol y los fanáticos entusiastas— estaba una fuerza laboral invisible de 1.6 millones de trabajadores migrantes que hicieron posible el torneo. The Workers Cup es un documental de largometraje que da voz a los hombres que construyeron el escenario más grande del deporte. En ese momento, los obreros representaban el sesenta por ciento de la población total de Catar. Muchos venían de India, Nepal, Bangladés, Filipinas y, cada vez más, de África —de las comunidades más pobres del mundo— aceptando los trabajos peor pagados para ayudar al país más rico del planeta a albergar la Copa Mundial. Estos hombres trabajaban horas agotadoras por salarios escasos y vivían aislados en campos laborales que, por ley, se ubicaban lejos de las ciudades que ayudaban a construir. Con un acceso sin precedentes, nuestra película se desarrolla en gran medida dentro de un campo laboral catarí que los trabajadores que conocemos describen como una prisión. Escondido entre una autopista y una zona desértica remota, el campo Umm Salal está intencionalmente fuera de la vista y del pensamiento. Igual que los 4.000 hombres que viven allí. Nos enfocamos en un grupo selecto del campo, elegido para competir en un torneo de fútbol para obreros: The Workers Cup. El torneo fue patrocinado por el mismo comité que organizó la Copa Mundial 2022. A lo largo del torneo seguimos a los hombres mientras alternan entre dos extremos impactantes: son héroes en la cancha de fútbol, pero los más marginados fuera de ella. La película explora temas universales como la ambición, la aspiración y la masculinidad, mientras vemos a nuestros protagonistas sacar esperanza, sentido y oportunidades de circunstancias desalentadoras. Esto causa un enorme desgaste en su psique, ya que se ven privados de la esperanza que los motivó a venir a Catar. En última instancia, se revela nuestra compleja relación con el deporte, al mostrar su poder de unir y dividir a la sociedad por turnos.
