Es una trama con marca de camaradería, humor bullicioso, muchos tragos largos, decisiones de vida cuestionables, combate mano a mano y sorpresas explosivas; The World’s End reúne de nuevo al director Edgar Wright con los actores Simon Pegg y Nick Frost, tras sus éxitos El despertar de los muertos (2004) y Arma fatal (2007). El relato de The World’s End empieza el 22 de junio de 1990. En Newton Haven, su pueblo suburbano en el Reino Unido, cinco chicos en la plenitud de su adolescencia celebran el final de la escuela intentando hacer juntos un desafío en pubs. A pesar de su entusiasmo y de terminar un montón de pintas de cerveza, no logran cumplir su misión de llegar al último pub de su lista: el Fin del mundo. Más de 20 años después, “los cinco mosqueteros” se han ido todos del pueblo y ya son esposos, padres y profesionales, a excepción de su locuaz excabecilla, Gary King (Simon Pegg), que es un hombre de 40 años atrapado en la colilla de sus años adolescentes. El incontrolable Gary, muy consciente de su distanciamiento de quien fuera su mejor amigo Andy (Nick Frost), se empeña en intentar recorrer la maratón de bebida “la Milla de Oro” de nuevo. Convence a Andy, a Steven (Paddy Considine), a Oliver (Martin Freeman) y a Peter (Eddie Marsan) de hacerlo de nuevo, y todos se reúnen un viernes en la tarde. Gary está en su elemento: el mandato es una noche, cinco hombres, 12 pubs y beber al menos una pinta en cada establecimiento. Al llegar a Newton Haven, reencuentran a Sam (Rosamund Pike), la hermana de Oliver, por quien Gary y Steven aún se sienten atraídos. Mientras el grupo intenta reconciliar su pasado y su presente, una serie de encuentros cada vez más locos y peligrosos con viejos recuerdos y conocidos los obliga a darse cuenta de que la verdadera lucha es por el futuro, no solo de ellos sino de la humanidad. Llegar al Fin del mundo es lo que menos les preocupa…