Nada que perder
Un incendio se convierte en escenario de un asesinato e implica a unos reclusos que llegaron en autobus desde la prisión para ayudar en las labores de extinción. Un oficial del Parque Natural, Mark Mackern, ha visto un cocodrilo con un cadáver en la boca. Delko localiza el cuerpo y descubre que presenta perforaciones de bala. Sin embargo, cuando se dispone a recabar más pruebas, un rayo provoca otro incendio. Horatio llega inmediatamente y les comunica que tendrán que trabajar de prisa.