Juliano Hojah

En la sabana africana, los veteranos de Supervivencia al desnudo Brasil se dividen en tribus. Se acerca la noche y necesitan fuego, agua y refugio. La tensión aumenta. ¿Podrán todos resistir hasta el 30?

Una de las tribus sufre un accidente casi fatal, otra pierde su objeto de caza, mientras que una tercera recibe un golpe de suerte que le favorece. Con el paso de los días, las diferencias entre algunos participantes se acentúan.

Los conflictos surgen debido a diferencias de personalidad o estilo de supervivencia. El desequilibrio en la toma de decisiones, las tareas y la carga de trabajo inflaman los ánimos dentro de las tribus.

Una ola de calor azota a las tribus. Y la falta de alimentos obliga a los supervivientes a asumir riesgos aún mayores para continuar el desafío.

El frío azota la sabana africana, dificultando aún más la supervivencia. Ante la escasez de alimentos, algunos participantes se arriesgan a cazar un roedor gigante, mientras que otros intentan construir herramientas para conseguir comida.

Sin recursos, un participante abandona su campamento y se lanza a lo desconocido. Otro, en una acción épica, consigue una enorme fuente de calorías. Un caimán de dos metros rodea el campamento de una pareja y los obliga a cambiar sus estrategias.