Emma es una pequeña que vive con su hermana y su medio hermano en condiciones de mucha pobreza. María es la madre de los tres niños, un médico es el padre de las dos niñas y el gobernador, del niño. Ella insiste en recordárselos.

Roberto es un amigo del gobernador que queda enamorado de inmediato de María, y le pide que le de una oportunidad para conocerla mejor. María insiste que el gobernador visite a su hijo y que se haga responsable de su papel como padre.

Roberto le dice a María que en su pueblo tiene un trabajo y una casa en la que pueden vivir ella y sus hijas, por lo cual ella emprende con sus hijas un viaje a un lugar desconocido y, al parecer, la vida les sonríe a las tres.

María se siente muy contenta con todo lo que le da Roberto, sin embargo, sabe que es un hombre casado y que tiene que aceptar esa situación. Emma y su hermana se adaptan a su nueva vida y a las decisiones apresuradas de su madre.

María está cansada de ser la amante de Roberto y de ser mal vista por todo el pueblo, por lo cual decide irse con sus hijas a probar suerte en otro lugar. Cuatro años han pasado, y María y sus hijas vuelven a empezar con muchos retos.

María y sus hijas viven en una gran casa con muchos vecinos, y uno de ellos es misterioso y aterrador. La joven que ayuda a María a cuidar a sus hijas se siente sola, y está cansada de su trabajo. María cada está más enojada con la vida.