El equipo pone manos a la obra para restaurar a tiempo una camioneta Chevy de 1962. Joe Martin quiere crear un Lowrider personalizado tan extremo que casi roce el suelo, con suspensión neumática deslizable y un trabajo de pintura sensacional.

Joe tiene grandes planes para uno de sus autos favoritos: un Lincoln Continental de 1964. Quiere que sea largo y bajo, del color de la nieve. Pero una columna de dirección defectuosa y un problema en el taller generan gastos inesperados.

En un verdadero “bautismo de fuego”, el equipo renueva un Pontiac Firebird de 1973 castigado por las llamas. Mientras trabajan para darle el aspecto de un verdadero deportivo americano, descubren que el motor está lleno de agua. ¿Lograrán terminarlo?

Joe, ganador del concurso mundial de restauración de motocicletas, vuelve a sus raíces al personalizar una Softail de punta a punta. Además, Shag y Amanda deben revivir un camión lechero International de 1947, y un cliente lleva un Chevy de carreras.

Un Cadillac cupé convertible De Ville de 1964 enciende la imaginación de Joe: está seguro de que una imagen renovada, ruedas más anchas y un diseño de pintura especial atraerán a los clientes… hasta que descubre que esta joya esconde toneladas de óxido.