En los bosques abiertos y praderas de la sabana africana la fauna se ha adaptado de modos sorprendentes a la dificultad de vivir en un entorno tan exigente. Leones, elefantes, ñus, guepardos y jirafas luchan cada día por su supervivencia.

Los océanos, que cubren más del setenta por ciento del planeta, son el entorno más abundante y característico. Sin embargo, este inmenso mundo submarino sigue siendo misterioso, ya que no se ha llegado a explorar ni siquiera el diez por ciento.

Los desiertos, que cubren un tercio de la tierra firme del planeta, existen bajo distintas formas. Aunque son lugares hostiles para la vida, los animales que habitan en ellos son más diversos de lo se podría imaginar.

La selva amazónica constituye uno de los entornos naturales con mayor diversidad del planeta y es el hogar de anacondas, perezosos, caimanes, tarántulas y delfines de río.

En Asia se hallan algunas de las selvas más antiguas de la Tierra. Algunos de estos hábitats selváticos, como las siempre verdes sierras bajas y las frescas selvas nubosas de la montaña, tienen más de cien millones de años.

El Ártico, un desierto helado castigado por el viento, es una de las pocas grandes áreas vírgenes que quedan en el planeta. Aislado y en general despoblado, el Ártico acoge a una cantidad sorprendente de animales muy adaptados al entorno.