Ichitaro, joven heredero de Nagasakiya, una de las principales casas comerciales de Japón en el período Edo, nació con una salud frágil que le impide salir demasiado. Siempre está rodeado de sus compañeros espirituales, entre ellos un Hakutaku y un Inugami que lo protegen. Una noche, Ichitaro se aventura fuera, presencia un asesinato y comienzan a producirse extraños crímenes por todo Edo.