Cooper es llamado a testificar cuando un caso que involucra a una mujer en el corredor de la muerte solicita la anulación del juicio basado en el testimonio del director del FBI Fickler. Mientras tanto, Cooper pone a Beth a cargo del análisis de la amenaza.
Jet va a terreno para asegurar información necesaria para el equipo, mientras que Bell considera una propuesta del congresista Kilbride. Por otro lado, Albi toma medidas drásticas para mantener seguro un secreto, y Stabler y Benson expresan algunas quejas antiguas.
La lealtad de Stabler es puesta a prueba en el trabajo y luego otra vez en casa, ya que su madre aparece de forma inesperada. Además, Bell y Jet se abren paso en la nueva dinámica del grupo operativo conjunto recién conformado.
El equipo jeffersoniano investiga la muerte de Stephanie McNamara, la hija de una adinerada familia cuyos restos fueron encontrados en un parque nacional. Cuando el equipo indaga más a fondo las circunstancias que rodean su muerte, surgen pistas del caso que los llevan a creer que tal vez ella sea la última víctima del asesino fantasma, con una sorprendente conexión con la anterior víctima. Mientras tanto, el director adjunto del FBI adquiere un interés especial en el caso de alto perfil del equipo y la carrera de Booth podría sufrir grandes cambios.
Stabler descubre el verdadero papel de Flutura dentro de la empresa familiar. Por otro lado, Bell le pide un favor a Kilbride para poder progresar en su caso. Además, Bernadette y Eli se adaptan a su nueva situación de vida.