Ante la insistencia de Sean, Christian acepta contratar a un psicólogo del personal. No obstante, el candidato masculino que eligen no es más ético que cristiano.

Christian se pone furioso cuando Sean está de acuerdo con Grace, quien ahora es la psicóloga interna de la práctica, con respecto al deseo de una mujer de someterse a una cirugía extensa para lucir hermosa para su reunión de secundaria.

Christian intenta persuadir a Sean para que entre en negocios con una compañía productora de pornografía muy exitosa cuyos intérpretes necesitan cirugía estética.

Sean y Christian entrevistan a un paciente potencial, un hombre caucásico que quiere que sus ojos se vean asiáticos para que pueda ser aceptado por la familia de su prometida.

Cuando las preciadas posesiones de Christian son vandalizadas, trata de contactar a las mujeres a las que ha agraviado en el pasado para encontrar al culpable. En el proceso, continúa reflexionando sobre su comportamiento hacia las mujeres en general.