Luego de su presentación, Raphael se da cuenta que tiene más abultado el estómago y no se siente bien. Acude a ver a su médico y es diagnosticado con cirrosis hepática. El médico sugiere que se quede en observación, pero Raphael deja el hospital.

Raphael delira, sufre un ataque debido al daño del hígado y se comporta de manera agresiva y agrede a una de las enfermeras. Los médicos lo controlan y Natalia no se despega de él. El Dr. Ernesto Jiménez le dice que está grave, pero en buenas manos.