El Imperio romano: de Augusto a la caída de Roma

El curso comienza sentando las bases de la transición de Roma de República a Imperio. Octavio, con vistas al mar Jónico tras la feroz batalla de Accio, acaba de asegurarse la victoria en una guerra civil contra Marco Antonio. Pronto conseguirá lo que Julio César no pudo: gobernar Roma en solitario. Adéntrense en este gran punto de inflexión de la historia mundial.

Conozcan al hombre que se convirtió en el primer emperador de Roma: Octavio, que adoptó el título de Augusto, era relativamente bajo y enfermizo, pero inteligente y astuto. Su gran innovación política, tomar el título de Augusto, hacerse con el control del ejército y gobernar Roma sin provocar su propio asesinato, es una de las hazañas más asombrosas de la historia.

Augusto fue un gran emperador, pero fracasó en un aspecto clave: la elección de un sucesor. Tras una serie de acontecimientos casi cómicos, consiguió un heredero varón (un hijo de su esposa de un matrimonio anterior) para ocupar el trono. Sean testigos de la debacle del liderazgo romano bajo Tiberio y luego Calígula.

La sucesión después de Calígula siguió siendo un problema para el Imperio romano. Claudio, aunque con problemas físicos, fue un buen administrador. Nerón, sin embargo, era depravado y engreído, y estuvo a punto de llevar al imperio a la bancarrota. Sigan la extraña, triste y sangrienta historia de sus gobiernos.

Completen sus estudios de los primeros emperadores romanos con un repaso a los gobernantes del siglo II, como Trajano, Adriano y Marco Aurelio. Conozcan sus historias, su forma de gobernar y sus logros, como las conquistas militares de Trajano y las meditaciones filosóficas de Marco Aurelio.