Morfear

Morfear

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T1 E5: ILM entra al mundo digital cuando la renovada división de computadoras enfrenta su primer gran reto: una toma de transformación en Willow. La experta en criaturas, Jean Bolte, se une al taller de modelado sin saber que sus animales hechos a mano pronto formarán parte de un momento trascendental en la historia de los gráficos por computadora. ILM acuña el término “morfear” y Muren insiste que esa es su escritura correcta y que “incluso en el diccionario está mal”. La nueva película de James Cameron, El Abismo, incluye una criatura acuática realista que tiene al director perplejo. Muren convence a Cameron de dar “un salto de fe” al hacer la pseudocápsula con CG. Para lograr el innovador efecto, ILM contrata nuevo talento, incluyendo al jugador de hockey canadiense, Steve “Spaz” Williams, y al hippy alaskeño, Mark Dippé, quienes rápidamente se unen por su amor por Alice Cooper. Al ver todas las señales, Dennis Muren se toma un año libre para aprender gráficos por computadora y, al final, descubre que “no hay magia involucrada, todo puede ser definido”. Jean Bolte se convierte en una de las primeras del taller de modelado en hacer la transición a las computadoras y ve las nuevas herramientas como “otro grupo de pinceles y pinturas”. Pero no todos están listos para aceptar el cambio. Los veteranos del taller de modelado, John Goodman y Kim Smith, lamentan que “la alegría del trabajo era estar juntos”, la interacción física con el ambiente, los materiales y los demás. El gerente general, Jim Morris, ofrece entrenamiento para los modelistas interesados en cambiar a las computadoras, pero Goodman se encuentra entre los resentidos y explica que “están desarmando la máquina que tenían”. Hay contrataciones para cubrir la demanda digital, incluyendo a Ellen Poon, quien toma la difícil decisión de dejar Londres y a su esposo para mudarse a San Francisco y unirse a ILM. El departamento de cómputo florece y una nueva generación llega a ILM. Una sala insonorizada en el sótano se convierte en la famosa oficina de Williams y Dippé, El Pozo, sede de alocadas fiestas. Cameron regresa con un proyecto “mucho más grande que El Abismo”, la “absurdamente ambiciosa” Terminator 2: el juicio final, que presenta a un protagonista hecho de metal líquido. En nueve meses, el equipo debe crear tecnología nueva y aplicarla al problema. Los diseños impulsan a la tecnología mediante el sorprendente arte del recién llegado Doug Chiang. Terminator 2 establece a ILM como la compañía líder de gráficos por computadora del mundo, y “solo es cuestión de tiempo para realizar algo impresionante”, dice Ellen Poon. Dennis Muren le cuenta al equipo sobre el siguiente proyecto, una película de Steven Spielberg en la que los dinosaurios se apoderan de un parque, y Phil Tippet haría las criaturas con stop motion. A pesar de la resistencia de Muren, Steve Williams y Mark Dippé ven como reto personal hacer los dinosaurios en CG. Ya que, como Williams dice, “no hay nada peor que no intentar”.