Robert J. Wilke

Humillado por la paliza pública del Zorro, Basilio no solo pone a todos los lanceros en guardia hasta que capturen al justiciero, sino que también cuelga a García de la cintura en medio de la plaza, esperando que el Zorro venga a rescatarlo. Con la ayuda de Bernardo, el Zorro realizará un osado rescate. Pero habrá consecuencias, ya que al día siguiente, Basilio ataca la casa de los de la Vega y atrapa al Zorro distraído.

Enfurecido por la interferencia del Zorro en su plan para robar el oro del rey, Basilio pone su atención en un premio nuevo: la gentil doncella Moneta Esperon. Basilio engaña fácilmente al desgraciado García para que lo ayude, prometiéndole la finca Esperon si le ayuda a probar que Esperon es culpable de traición. Pero cuando el Zorro amenaza con marcarle la "Z" si declara contra un inocente Esperon, García tendrá que elegir entre la verdad y su afortunada vida de don.

Basilio, el emisario del rey, siente que Los Ángeles es un lugar amistoso, ya que los leales dones llenan tres cofres de oro comprando bonos reales. Pero el atractivo de las riquezas parece ser demasiado para Basilio y el capitán Mendoza. Pronto arman un plan para quedarse con el oro, y a cambio, envían tres cofres llenos de pólvora para que exploten una vez en altamar. Cuando Diego se entera de su plan mortal, se vestirá del Zorro para detenerlos.

Diego intenta celebrar el cumpleaños del sargento García en la taberna, cuando Andrés Felipe Basilio, el emisario del rey de España, llega con un semblante severo y junto al aun más severo capitán Mendoza. Basilio ha venido a reunir dinero para España vendiendo bonos reales y su capitán deja claro que quien se rehúse, se enfrentará a su cuchilla. Pero cuando Basilio decide humillar públicamente al sargento García, aparecerá el Zorro para competir en iguales condiciones.