Larry busca ayuda para aclarar parte de su pasado, mientras que se empaña su imagen como defensor de los derechos de los homosexuales.
Larry se entera de que su abogado de divorcio no es kosher, y cancela una orden de galletas de una niña exploradora.
Larry juega al "asesino social" en una fiesta, en el campo de golf, y en un restaurant Palestino.
Larry tiene algunos grandes gestos. Sin embargo, su buena acción es opacada por su mal comportamiento en el campo de golf.
Bridget le pide a Larry un favor en nombre de su hijo. En la cola de un bufé, Larry descubre que las propinas son mejores que los favores.