La investigadora Marita Kaila llega a un pueblo destrozado: un tren descarriló, hubo una explosión en los talleres y la estación ardió por completo.

El hospital local está en caos, desbordado por las víctimas del desastre y sus familias. Entre los heridos graves está el conductor del tren descarrilado.

Marita y Daniel interrogan al conductor, que se altera al hablar del sistema automático del tren. Esta innovación finlandesa está por implementarse en toda la Unión Europea. Pero ¿y si el Futurail tiene fallos peligrosos?

Eero no encuentra errores en el sistema de Futurail. Pero Marita nunca confió en él, y menos aún cuando descubre que tuvo una relación con una de las programadoras. ¿Está Eero protegiendo a su exnovia?

El equipo de investigación ha reducido las posibles causas de la catástrofe a dos teorías: una falla en el sistema Futurail o un incendio en la estación de tren. Cada pista es clave para llegar a la verdad.

La sospechosa con esquizofrenia es arrestada, pero Marita cree que es un chivo expiatorio. Mientras tanto, Daniel descubre que el maquinista había aprendido a engañar el “botón del hombre muerto”, que detecta si está despierto.