Carmona, en su lecho de muerte, se reencuentra con Francisco Alcázar y lo hace confrontar el fruto de un pecado, hecho quince años atrás, así como sus razones para callarlo. Con la ayuda de Noel, Juan va a vivir a la casa de Francisco, su verdadero padre.

Francisco fallece, pero antes le encarga a Andrés que quiera a Juan como un hermano. Sofía echa a Juan de la Casa. Quince años después, Andrés se reencuentra con Aimée y queda perdidamente enamorado de ella. Mónica está desconcertada.

Mónica se entera que Andrés ha roto el compromiso que tenían y decide consagrarse a Dios. Aimée regresa con su familia, Mónica y Catalina, ahí conoce a Juan del Diablo y queda fascinada con su personalidad.

Mónica esconde su dolor y decepción alegando una presunta vocación religiosa, por lo que insiste en entrar al convento y Catalina trata de ayudarla en su propósito. La pasión entre Aimée y Juan se siente en la playa.

Andrés quiere acelerar la petición de mano de Aimée, sobre todo sabiendo que Mónica ya está en el convento. Andrés quiere cumplir la promesa que le hizo a su padre, ayudar a Juan del Diablo, pero Sofía se rehúsa e indigna.

Andrés pide formalmente la mano de Aimée y le piden a ésta que guarde el secreto. Mónica descubre el affair de Aimée con Juan y también la próxima boda de ésta. Andrés quiere ofrecerle trabajo a Juan, pero Noel le indica que no es buena idea.