T1, E20: El superior de Booth, el director adjunto del FBI Sam Cullen, espera con desesperación recibir información de los médicos sobre por qué su hija Amy se muere de un tipo poco frecuente de cáncer de pulmón. Tras conocer los detalles de la enfermedad de Amy, Brennan se cuestiona lo raro que es que una chica tan joven y con un entorno como el de ella pueda tener ese cáncer y descubre que le habían hecho un injerto óseo a raíz de un accidente anterior. Brennan le pide ayuda a Booth para indagar más en el origen del injerto que le hicieron. Descubren que Amy no es la única persona con un cáncer terminal así de extraño y que puede que sea víctima de un delito.
