Christa Miller

El doctor Cox se enfrenta a una suspensión y, casualmente, asignan a J.D. una paciente especial: Jordan Sullivan, una importante miembro del consejo. Es muy exigente y J.D. acaba acostándose con ella cuando le canta las cuarenta. Pero desconoce que es la exmujer del doctor Cox y la única que puede salvar al mentor de J.D. de que el malvado doctor Kelso lo despida. Mientras, asignan a Elliot el cuidado de un psicólogo al que le han cosido la boca y del que acaba como paciente. La madre de Carla monta un escándalo cuando Turk pasa la noche con Carla, y cuando se rompe la pierna, Carla culpa a Turk.

J.D. pasa a un paciente que no para de regresar al hospital a Elliot, que justo acaba de recibir la tarea de hacer un examen físico a Jordan. Elliot pasa el paciente a Turk, que rechaza cogerlo. Cuando los tres deciden jugar quién se queda con el paciente a piedra, papel, tijeras, se dan cuenta de lo que están haciendo y se unen para operar al paciente y que no tenga que volver más. Pero para poder hacerlo, necesitarán el apoyo del doctor Cox, la aprobación del doctor Kelso y que un miembro de la junta lo apruebe: Jordan.

Las relaciones entre los trabajadores del Sagrado Corazón están rotas tras las revelaciones de Jordan. Carla ha echado a Turk, que duerme en la cama de J.D. Elliot lo pasa mal cada vez que ve a J.D. en el trabajo. J.D. intenta recuperar la atención del doctor Cox, pero sin éxito. Pero al final, todo se arregla y vuelve a la normalidad, Elliot y J.D. vuelven a hablarse, Carla supera sus problemas con Turk y el doctor Cox vuelve a atormentar a J.D. Mientras, el conserje sigue acosando a J.D. por todo el hospital.

Es Navidad y aunque J.D. y los demás no tienen demasiadas ganas de celebración, Turk quiere hacer una gran fiesta (sobre todo después de que uno de los pacientes de J.D. despierte de un coma). Pero toda su fe y felicidad desaparecen tras un arduo día en el hospital con gente que ha sufrido todo tipo de accidentes. Turk se pregunta si Dios realmente existe, y de ser así, por qué no ha protegido a esa gente. Su poca fe en la religión cambia cuando encuentra un paciente de Elliot que escapó del hospital cuando estaba a punto de dar a luz.

Sean se siente sorprendido y molesto cuando se entera de la relación de Elliot y J. D., pero resulta que su enfado solo es para ocultar que su “pequeño” viaje de trabajo dura seis meses y no quiere que Elliot estalle. J. D., que ha observado cómo se desarrolla su relación, por fin reconoce que sigue sintiendo algo por Elliot y que tiene que aceptar a su nueva pareja o hacer algo al respecto. Mientras, el Dr. Cox tiene que tragarse su orgullo y pedir ayuda cuando decide presentarse al puesto de director de residencias del hospital.