Sam Fox, una madre soltera de tres hijas que lucha por ganarse la vida como actriz, intenta sobrevivir a su día. Se queda atónita cuando su hija mayor, Max, le pide sin tapujos que le ayude a pillar marihuana. Observa impotente cómo su extraordinariamente inteligente hija mediana de 12 años con TOC la interrumpe en medio de una audición, de por sí poco prometedora, para preguntarle si puede invitar a unos amigos a casa. Y unas mujeres le tocan las narices al juzgarla porque su hija pequeña, Duke, de seis años, se pone a llorar en público sin ningún motivo aparente. Y encima le toca lidiar con pretendientes muy dependientes, papeles que no quiere que sus hijas la vean interpretar, y profesores que no son nada solidarios con su situación. En ausencia del único hombre capaz de hacerle olvidar sus problemas, la noche de Sam acaba siendo igual de movidita. Pero al final las cosas no son tan malas... solo agotadoras.

Sam va a una revisión de ginecología y se queda descorazonada cuando su felizmente embarazada ginecóloga le dice que aún le queda mucho para la menopausia, y la reacción de su amiga ante esa noticia la descorazona aún más. Al volver a casa antes de tiempo, debido a otro chasco profesional, se encuentra con que la niñera ha descuidado sus tareas y sus hijas han dejado la casa hecha un desastre. Mientras limpia, con su madre divagando sobre sus cosas al teléfono, encuentra un preservativo sin usar en la habitación de Max, pero decide no decirle nada. Afloran problemas familiares entre Sam y Phil y entre Sam y Max, que se quedan sin resolver, lo cual es descorazonador. Y cuando Sam debe hablar en un seminario sobre empoderamiento de mujeres y niñas en el colegio de Frankie, siente que toda esa desidia es más descorazonadora que nunca... hasta que Sam dice algunas verdades.

Sam trabaja en una película con una superestrella. El director es Mel, un director famoso cuya carrera está en horas bajas y que admira a Sam. Ambos se compadecen por sus carreras, y Sam lo invita a casa a cenar con su familia. Sunny, una amiga de Sam atrapada en un matrimonio horrible que piensa que la vida de Sam es lo más, cree que Sam debería tener una aventura con Mel, a pesar de que está casado. Cuando Jeff, el inútil del marido de Sunny, habla mal de ella a sus espaldas, Sam no aguanta más y le canta las cuarenta. Durante la cena, Mel se lleva bien con las niñas, pero Phyllis se comporta de un modo muy extraño y, a pesar de la insistencia de Sam, Mel está convencido de que es por ser negro.

Sam está tan agotada que se va a dormir al coche para tener un poco de tranquilidad, y conoce a una vagabunda que comparte con ella su impactante opinión sobre la maternidad y el sacrificio por los hijos. Las niñas empeoran situaciones que ya son estresantes de por sí, y llegan a pedirle a Sam a gritos que llame a su padre para que solucione un asunto sin importancia que no requiere su presencia en absoluto. Su cansancio va creciendo, y llega a plantearse la cirugía plástica... pero no tiene ni idea de que su fortuna profesional está a punto de cambiar. Sam podría ser la protagonista en una telecomedia, pero hay muchos factores en juego. Factores estúpidos como que los responsables confíen en una mujer madura para protagonizar la telecomedia. Los tejemanejes continúan entre bambalinas, y la única mujer presente en las negociaciones se encuentra en una situación comprometida. Tressa, la representante de Sam, le oculta información estratégicamente. Mientras, Sam y Frankie van a una manifestación por los derechos de la mujer y Sam se queda impresionada por la visión del mundo que Frankie está desarrollando, y le preocupa estar perdiéndose parte de su vida.

Sam debe llevar los aperitivos al partido de fútbol de Frankie, pero esta se pone demasiado enferma para jugar. Al enterarse de que una de las madres de su equipo de fútbol debe someterse a una operación complicada, Sam empieza a pensar en la mortalidad y le pregunta a Phil si tiene un testamento, pero no está preparada para su respuesta. Mientras la enfermedad de Frankie empeora, Sam y Max salen a comer y acaban metiéndose en los asuntos de otras personas en lugar de ocuparse de los suyos. Tras visitar al orientador universitario y salir por ahí con los holgazanes de sus amigos, Max empieza a preocuparse por su futuro y se sincera sobre un asunto importante con las personas adultas que hay en su vida.

Sam y su amigo gay Rich se autocompadecen porque se hacen mayores y los hombres salen con mujeres mucho más jóvenes. Luego va de compras con sus hijas, aunque Frankie está más interesada en investigar asuntos sociales en su teléfono. Sam sale a comer con unas amigas y comentan lo bien que se está recuperando Joy de su reciente cirugía cerebral, y se enfurece al enterarse de un detalle sobre Jeff, el inútil del marido de Sunny. En el set de rodaje donde Sam interpreta a una piloto, debe enfrentarse a un golpe casual de parte de la estrella del programa y a otro no tan casual de una compañera de reparto mucho más joven. Y va a cenar con su exmarido, Xavier, que le cuenta que pasará el verano en Los Ángeles y le hace una petición relacionada con las niñas, pero no se espera la respuesta de Sam. Para terminar, pasa una velada nada atípica con Phil ayudándola con el desorden que tiene en casa después de que se le dispare la alarma.