Nicolás

Esta es la historia de Nicolás Bono, un chico ciego de doce años, y de su capacidad para adaptarse a un nuevo entorno, nuevos compañeros y nuevo vecindario. Recién instalado en su nuevo domicilio de Bellavista, Nicolás visita la Escuela de Perros Guía con Willy, su padre. Allí, Tom, un perro simpático e inteligente, decide que Nicolás es el compañero que siempre había soñado. Pero su cuidadora cree que Tom aún no está preparado para ser perro guía. De todos modos, el perro decide escapar de la Escuela para ganarse la confianza de Nicolás. En el parque de Bellavista, Nicolás conoce a Charly, un gordito apocado y amante de los animalillos con el que congenia desde el principio. También, gracias a la intervención de Tom, tendrá un accidentado encuentro con su vecina Paty, con la que establece una relación que va más allá de la simple amistad.

Hoy es un día importante para Tom. En la escuela de perros guía van a asignar a cada ciego un perro. Lo harán de acuerdo a las personalidades de lo perros y de los ciegos de forma que se conviertan en tandems perfectos. Tom tiene un objetivo claro; tiene que lograr convertirse en el perro guía de Nico. Por ello quiere hacerlo todo lo mejor posible para demostrar que nadie mejor que él podría estar junto a Nico. Todo parece ir bien, hasta que Oscar y Flapy se meten por medio a intentar fastidiar a Nico. Son muchas las pruebas que les ponen, pero al final Tom se sale con la suya. A Tom le permitirán ser el perro guía de Nico Este será el principio de algo más que una amistad.

Un juguete está haciendo furor en la ciudad: es Bob. Un pequeño y sofisticado robot cuyo objetivo es vencer obstáculos. Bob aprende a medida que los niños les van poniendo obstáculos más y más complicados. Caifás decide usar el juguete para sus propios planes, para ello roba el Bob de Flappy. Valiéndose de un medallón mágico Caifás consigue que Bob se vuelva malvado. Ahora en lugar de vencer obstáculos, los crea. En poco tiempo es capaz de torcer papeleras y derribar farolas por toda la ciudad, convirtiéndola en un verdadero “laberinto de asfalto”.

Willy tiene una idea genial para convencer a los compañeros de colegio de Nicolás de la cantidad de cosas que pueden saberse sólo escuchando. Nicolás, Paty y Charly, por un lado, y Oscar, Flappy, Herta y Berta, por otro, intentarán encontrar a dos personas por medio de dos grabaciones, guiándose sólo por sus voces y los sonidos ambiente. Al mismo tiempo, Aisha apostará con Flappy que puede hacer una canción sin instrumentos, formada sólo con ruidos, sonidos y voces. Para lograrlo, le pide prestado a Willy su “sampler” móvil.

Nico le está pasando en clase mensajes –vía Tom- escritos en braille a Paty. Mientras tanto, Max explica los símbolos matemáticos: son un código que cualquiera puede usar y que tienen un significado concreto. Al terminar la clase, Aisha se interesa por el braille Nico y Paty le explican a los fundamentos de este código. Mientras tanto Oscar, algo alejado, les espía y decide que va a inventar su propio código para poder copiar en el examen del día siguiente. Cuando Nico llega a casa encuentra a su madre preocupada por un próximo desfile para el que no se le ocurren diseños originales, a Nico se le ocurre la idea de usar motivos braille. Llega la noche -y tal vez a consecuencia de las impresiones del día-, Nico, Aisha, Paty y Tom sueñan un mismo sueño en el que se muestra el mundo en el que vivió Braille y participan en el descubrimiento de los seis puntos y en sus ventajas.

Sólo faltan horas para que comience el Concurso de Pintura Rápida de Bellavista. Kiko, gran artista y amigo de Nico, se dispone a participar. Pero sus ojos padecen “retinosis pigmentaria”, lo que ha empezado a reducir su visión, así que pide ayuda a Nico para llegar al Centro de Rehabilitación Visual, donde le han preparado un aparato misterioso con el que podrá ver sus pinturas. Pero esta vez Nico no cuenta con Tom, al que ha dado día libre para ir al parque. Tampoco está Paty, quien debe defender a su abuela Anna, acusada de envenenar al Cartero con su tarta. Charly, Boris y Jumpy, un particular saltamontes que se niega a saltar, acompañarán a la joven en su lucha.