La acción se desarrolla en la Granada de 1831 y gira en torno a la vida de Mariana Pineda, militante de la causa liberal, que es estrechamente vigilada por el subdelegado Pedrosa, pues la sabe en contacto con los liberales perseguidos. Cuando fracasa el pronunciamiento de Manzanares y Torrijos, el capitán Oller es interrogado por Pedrosa y se suicida para no revelar los nombres de los conjurados. Pero el subdelegado ordena una dura represión y detiene al capitán Álvarez de Sotomayor, primo de Mariana, como presunto asesino de Oller.

Pedrosa decide espiar personalmente a Mariana y averigua donde se reúne con su amante, el teniente Alba. Mariana sigue visitando a Álvarez de Sotomayor y al presbítero, para proveerles de mantas y barbas postizas que esconde en paquetes de tabaco. Pero Alba, al conocer que Pedrosa está a punto de hacerle detener, decide exiliarse y pide a Mariana que le acompañe con sus hijos, a lo que Mariana se niega. Alba parte y Mariana es conducida a la chancillería, donde Pedrosa la retiene durante diez horas.

Mariana finaliza su misión. Se traslada con sus hijos a Motril, donde se pone en contacto con el enlace de Gibraltar, que resulta ser el teniente Alba. Éste, que ha de partir hacia Inglaterra, vuelve a proponer a Mariana que le acompañe, pero ella rehúsa de nuevo, pues debe regresar a Granada, dejando a sus hijos en Motril.

Pedrosa convence al juez propietario Ceruelo para que lleve las diligencias contra Mariana Pineda. Ésta intenta fugarse de su arresto, pero un agente lo impide, por lo que Pedrosa propone al juez propietario el encarcelamiento inmediato de Mariana.

El teniente Alba es disuadido por los liberales de intervenir en la fuga de Mariana, pues su presencia en Granada podría alertar a Pedrosa. Alba obedece pero, no obstante, el intento fracasa. Pedrosa anuncia a Mariana que el Ministerio de Gracia y Justicia ha ordenado su procesamiento, y, de nuevo, le ofrece salvar su vida a cambio de revelar los nombres de los conjurados, pero Mariana vuelve a negarse.