Después de algún tiempo de separación física, los esposos Andrés y Marta se reúnen de nuevo para ultimar los trámites finales de su divorcio.

Tanto Andrés como Marta tienen problemas con sus respectivos compañeros Lola y José Joaquín: la causa son las reuniones entre los recién divorciados para llegar a un acuerdo en el reparto de los objetos que fueron comunes.

Continúan los problemas de la pareja divorciada, Marta y Andrés, con sus respectivas nuevas parejas debido a los encuentros sucesivos entre estos.

La madre de Lola presiona para que se casen su hija y Andrés. María también quiere ver cómo José Joaquín plantea la posibilidad de divorcio con el fin de casarse con ella.

Al hacer el inventario de los objetos, surge el collar de un perro, un cachorro llamado Brandy, que trae muy tristes recuerdos a Marta.

José Joaquín cita a Andrés en una cafetería para que le cuente cosas de su relación con Marta y si hay alguna posibilidad de reconciliación entre ellos.