STEINS; GATE

Rintaro Okabe, el fundador del club de inventores “El laboratorio de los artefactos del futuro”, se dirige al edificio Radio Kaikan para asistir a la conferencia del Dr. Nakabachi junto con Mayuri Shiina, su amiga de la infancia y miembro del club. A mitad de la conferencia, mientras Okabe protesta sobre la teoría de viajes en el tiempo del Dr. Nakabachi, una chica lo saca de ella.

Alguien había apuñalado a Kurisu Makise en el Radio Kaikan durante la conferencia del Dr. Nakabachi, pero Okabe se la encuentra en un seminario al que asiste, dando una conferencia como si no hubiera pasado nada. La habían asesinado, pero está viva. Okabe, abrumado por los hechos que escapan a su comprensión, no puede evitar comportarse de forma extraña.

Okabe y Daru han llevado a cabo un experimento en el teléfono microondas (nombre provisional) de El laboratorio de los artefactos del futuro. La banana que habían metido en su interior había tomado una consistencia gelatinosa, y sorprendentemente había vuelto al racimo, lejos del microondas. Okabe, presionado por Kurisu Makise, que había presenciado el experimento por casualidad.

La frase que han leído en el correo de un empleado del SERN: “Human is Dead, mismatch”, hace que a Okabe y a Daru les dé un escalofrío. Quieren seguir con el hackeo, pero un enigmático lenguaje de programación se lo impide. Okabe recuerda el ordenador del que le hablaron Suzuha y John Titor, el IBN5100, que es capaz de leer un lenguaje de programación existente antes de BASIC.

Mientras traen al laboratorio el IBN5100, la herramienta necesaria para hackear al SERN, Okabe y Kurisu se encuentran con Suzuha mientras esta cierra el taller de Braun. Aunque supuestamente no conocía a Kurisu de antes, Suzuha la trata con una evidente hostilidad. Cuando Okabe le pregunta el porqué, esta le responde “no te fíes de Kurisu Makise”.

Tras conocer los experimentos sobre viajes en el tiempo que el SERN ha realizado, Okabe organiza una mesa redonda con los demás miembros de El laboratorio de los artefactos del futuro. En ella, deciden llamar a los mensajes que se pueden enviar al pasado, que habían descubierto por casualidad, D-mails. Okabe cree que los D-mails solo se pueden enviar en una determinada franja horaria.